(Para LECTURAS DOMINICALES) - EL TIEMPO
(Domingo 22 de Noviembre de 1959)
Un hombre educado en la civilización occidental, que durante su milenaria trayectoria consistió en dominar las fuerzas naturales, logra difícilmente captar los valores estéticos de un pueblo primitivo que no ha llegado, debido a los medios técnicos rudimentarios, a este estado de evolución, siendo, al , contrario, juguete de las fuerzas naturales y vasallo de ellas. Alrededor de sus relaciones con la naturaleza, gira toda su vida emotiva. Su arte es una comunión entre él y la naturaleza: la selva con sus animales, aves y árboles. No se enfrenta a ella, sino que se integra; una integración total que se desconoce en el arte occidental, salvo en rarísimas excepciones. Es, pues, imposible buscar en el arte primitivo reglas que correspondiesen a nuestro sentido estético.
Los Kofán, cuyo número no excede actualmente de 300 individuos, son restos de una tribu numerosa que, según documentos coloniales, se elevaba o fines del siglo XVI a 60.000 - 70.000 personas. Fue una tribu belicosa que durante más de un siglo y medio logró impedir la "colonización" de sus tierras por los blancos, que bajaban desde Quito a la selva amazónica. Diezmados en forma impresionante en esta guerra desigual, los Kofán huyeron más hacia el norte, hacia las cabeceras de los ríos San Miguel y Guamuez, afluentes del alto Putumayo, donde durante todo el siglo pezmanecierons resguardados de la influencia directa de colonizadores y misioneros.
A principios del presente siglo fueran redescubiertos por los misioneros capuchinos, y se les abrió nuevamente la puerta de la "civilización", con resultados parecidos o los que se habían logrado con su "conquista". Sin embargo, debido o las dificultades que ofrece la selva para llegar a sus sitios de morada, se conservan todavía en el estado primitivo, hablan su idioma, pintan sus caras, perforan los lóbulos de la nariz y orejas, etc... Poseen, pues, todas las características dé un pueblo que nosotros llamamos "salvaje", de acuerdo con el engreído concepto que tenemos sobre nuestra civilización.
Debido a su estado semi-nómada y a la caza y pesca que les proporcionan el principal sustento, los kofán no desarrollaron el arte de la arquitectura, de la escultura y ni siquiera una alfarería artística. Su arte se limita al baile, a la música, a la poesía y al adorno de sus personas, en que demuestran el más refinado gusto decorativo. Ya en la pintura de sus caras, con líneas, puntos y triángulos, se observa una sorprendente variedad, a pesar de tratarse, probablemente, de antiguas señales de y clanes. Cada Kofán, hombre o mujer, lleva consigo un botecito con achiote y un pequeño espejo, para pintar cuidadosamente su cara.
De gran valor artístico es su ornamentación personal. El uso de plumas de pajaros, especialmente de los vistosos guacamayos y loros, con las que adornan la cabeza, la frente, la espalda, la nariz y las orejas, los integra al mundo de las aves selváticas, a las cuales los indios atribuyen una personalidad propia. Estas plumas no se juntan indistintamente, sino que se las escoge con cuidado, según su color, forma y tamaño. Aparecen unas obras plúmeas que forman franjas cromáticas, de gran variedad y finura. La "corona", principal adorno de la cabeza, es un complicado aparato, en el cual,sobre un ancho aro, sacado de la corteza de un árbol, pintado de varios colores y decorado con dibujos geométricos de líneas, rombos y círculos, se fija otro, en forma de aureola, hecho de varias hileras de plumas sobrepuestas. De la base del aro descuelga un sinnúmero de trenzas de plumas, que cubren casi totalmente la espalda. La vinculación de éste su arte con la selva se acentúa más todavía por la costumbre de colgar en las puntas y en medio de los trenzas, picos de aves, penachos de picudos y plumajes de loros disecados.
El cuello lo cubren los Kofán con sartas de pepas de monte, pulidas y brillantes. Del pecho cuelgan varios collares hechos de colmillos y dientes de tigres, sainos y chorongos, en los cuales las piezas más largas se colocan en el centro, disminuyendose su tamaño hacia los extremos. La íntima relación del Kofán con el mundo vegetal que lo rodea, se intensifica aún más por el prolijo, uso de hojas frescas de los árboles, de los más variados colores, con que se adornan la frente, los brazos, las muñecas, las piernas y las pantorrillas. Dudamos que pueda existir uan expresión plástica de la misteriosa y enmarañada selva, más profunda que este atuendo vegetal y animal del Kofán, cuando salé a una fiesta o a un baile. Y preguntado el indio por qué se viste y adorna así, contesta invariableriiente: "ñanga", que quiere decir: "por gusto".
Las letras de las canciones con que se acompaña durante esos bailes y en sus labores, confirma esto íntima unión del indio con la naturaleza. Contienen estos cantos una extraña belleza, de un arte surgido al margen de nuestras normas estéticas. La transcripción que presento es, naturalmente, defectuosa. Las canciones fueron reunidas al azar durante una noche, sin adecuados medios de fijar su ritmo en el idioma Kofán, ni manera de verificar la exactitud de la traducción. No hay que ver en ellos más que apuntes, "chispazos", que no obedecen a las reglas de la poesía occidental ni a una construcción lógica. Plasman el mundo en que vive y observa el indio, quien se confunde con la naturaleza que lo rodea, formando parte de ella. Y la pinta íntimamente, sin reservas intelectuales, como nunca podría hacerlo un hombre occidental.
Tal vez esta intensidad con que siente el indio la selva y su entrega incondicional a las emociones que dominan su vida, nos hacen sentir la juerza que encierra la poesía de este pueblo, que aún seguimos llamando "salvaje",
CANTOS A LA NATURALEZA
Sale la luna muy clara. Cogí una piedra y la zumbé a la luna. Se apagó la luna y vuelve a encenderse. Yo me río y estoy contento. La luna, dice: "No te pongas triste. A ver, si puedes cogerme antes de que me vaya de la tierra".
***
Un naranjo cargado de flores. Yo le arranqué una pepita y lloraba el naranjo: "No arranques la pepita, porque me secaré". Iba a secarse. Entonces florecer. El viento dejó el naranjo sin flores. ¡Quedaron puras espinas!
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Estoy floreciendo como un guarango* (Árbol). Sopla el viento y caen las flores. Se quiebra, cae y seca el palo. Asimismo nos secaremos, mi mozo y yo.
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Estoy floreciendo como una palma de chontaduro . Cuando maduran los chontaduros, viene gente y tumba la palma. Sólo quedan sus hijos, no más. Asimismo acabaré yo y sólo quedarán mis hijitos.
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Estoy cantando como una lora, sentada en un árbol. La lora come pepas. Estoy sentada como un coriza* (Pájaro) arrancando pepas. Vuela la lora y se sienta en otro arbolito. Come en el pepiadero y cuando acaba, va a dormir a un palo.
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El candilero* (Ave) vuela a la caza de champolas* (Gusano). Ellas no saben volar y el pájaro las come. Satisfecho, se sienta en un guachi* (Cañabrava). Sopla el viento, tumba el guachi, y el candilero vuela en el aire.
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Yo soy una garza en la playa, cogiendo zambicos. Crece el río. Estoy bañándome, viendo Ia creciente.
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Una lagartija baja el rio sobre una palizada. Vino la creciente, arrastra la palizada y la lagartija va río abajo. Yo le dije: "Llévame contigo". Me contestó: "No puedo llevarte, porque me voy muy lejos. ¡Quién sabe si volveré! Regresaré, si la creciente, no me deja muerta debajo de un palo".
CANCIONES FAMILIARES
Se murió mi madre y quedé sola yo ahora. Cuando me muera como se ha muerto mi madre, no he de cantar más canciones. Si me muero, se acabará todo. Bailando estoy y cantando, porque me ordenaron. Si por mí fuera, no bailaría ni jugaría.
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No llore mi hijito, duérmase, para yo poder cocinar la chicha. Para que cuando venga su papacito pueda comer. Si no cocinamos, vendrá el papacito y nos regañará.
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Porque se murió mi marido, yo quedé con mis hijitos. Los crié con mi trabajo, pero me dejaron abandonada. Por esto estoy sola y triste, pues se fueron, botándome. Lloraré hasta el día que me muera. Me acordaré de mis hijos. Ellos no se acuerdan de mí. Por esto estoy tan triste.
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Porque se murió mi marido estoy sola. Sola con mis hijos y llorando. Porque me dejó sola mi marido, vivo llorando. ¿Cuándo volveré a verlo? Cuando también yo muera, habré de olvidarlo.
CANCIONES A LA CHICHA
Ahora, mientras vivimos, vamos a tomar chicha bonito. Si moriremos, no hemos de tomar más chicha. Si moriremos, ¿cuándo podremos tomarla? Nosotros nos acabaremos, nuestros cuerpos serán tierra y no sobremos más.
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Vamos o preparar mucha chicha para bailar. Ahora que vivimos, vamos a sacar yuca para preparar anduche* (Una masa preparada de yuca). Hoy es día de fiesta y vamos a bailar hasta que nos cansemos. Y entonces no hemos de bailar más. Mañana me voy muy lejos a trabajar. Cuando vuelva, tomaremos chicha.
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Compadre, saca la chicha, para yo tomar. Tomaré y bailaré. Hoy día estoy muy embriagado.
Por esto le digo: "Déme chicha".
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Saca tu botella de aguardiente para yo tomar y emborracharme. Borrachos bailaremos muy contentos. Si no podemos bailar, nos iremos a acostar. Ahora, que estamos borrachos.
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Saca tu guarapo para yo poder tomar y bailar, ahora que estoy chumada* (Embriagada). Cuando ya me pase la chuma, no tomaré más. Iré a trabajar a mi platanal, porque está haciéndose monte.
(1) Árbol.
(2) Pájaro.
(3) Ave.
(4) Gusano.
(5) Cañabrava.
(6) Una masa preparada de yuca.
(7) Embriagada.
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DATOS BIOGRAFICOS DE JUAN FRIEDE
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(CONTINUACION PAG. SEGUNDA) |
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